La laringitis es una inflamación de la laringe, producida generalmente por una infección viral. Suelen ser cuadros
leves que mejoran con rapidez, aunque en algunos niños pueden repetirse en más de una ocasión.
Los síntomas son:
Puede dar tos, voz ronca, afonía, y con frecuencia un “sonido” cuando el niño respira. Este sonido se conoce como “estridor laríngeo”. La laringitis generalmente empeora por la noche.
El niño puede acostarse bien y, de repente, se despierta con tos perruna y dificultad para respirar. A menudo mejora durante el día, pero puede empeorar de nuevo la noche siguiente.
Lo más probable es que la tos desaparezca en un par de días, sin embargo, algunos niños continúan tosiendo hasta 7 días. A menudo la tos desaparece tan rápido como comenzó, aunque en algunos casos va seguida de tos blanda y mucosidad nasal.
Tratamiento para la laringitis:
- Si tiene fiebre o dolor de garganta, puede darle paracetamol o ibuprofeno, a las dosis recomendadas
por su pediatra. - Ofrecer líquidos frescos.
- Si empieza a realizar “sonido” al respirar (estridor), abrir la ventana del dormitorio para que respire
aire frío durante 5-10 minutos. - Evite el ambiente seco en casa. La inhalación de aire húmedo puede disminuir la sequedad
de la mucosa inflamada y hacer que las secreciones sean menos espesas, proporcionando una
sensación de confort al niño. - Lo más importante: si su hijo está molesto: calmarle y hablarle de forma tranquila y en voz baja. El
ambiente tranquilo y la calma le ayudarán a disminuir los problemas de respiración.
¿Qué tenemos que hacer si tenemos laringitis?
- No es recomendable poner collarines de agua y alcohol, no son efectivos y pueden irritar la piel.
No hay que dar tratamiento antibiótico. - No poner supositorios ni administrar al niño jarabes para la tos. Evitar vapores de eucalipto,
mentol u otros olores fuertes.
Acudir a urgencias
Hay que vigilar signos de alarma para comprobar si tiene dificultad para respirar. De vez en cuando, hay que ver y escuchar su respiración con el pecho desnudo. Deberá acudir al médico si:
- El “sonido“ al respirar o “estridor” se oye todo el tiempo, aunque el niño esté tranquilo, no solo cuando está a disgusto o llorando.
- Al respirar se hunde el tórax entre las costillas o el hueco que hay debajo de la nuez, respira cada vez más deprisa, mueve mucho el abdomen, se le hunde el pecho o estira el cuello.
- Está somnoliento o muy irritable.
- Tiene color azulado de cara o labios (cianosis).
- Tiene dificultad para tragar o babea mucho.
Dr. Antonio Salinas Pérez-Mosso
Col: 28 / 52097- 6